Los Empalaos 

de Valverde de la Vera

La noche del Jueves al Viernes Santo los Empalaos marchan por Valverde de la Vera envueltos entre el misterio y la devoción.

El hecho de vestirse de empalao está asociado a una promesa realizada ante Dios  y ante la Cofradía de la Vera Cruz y de los Empalaos.

Este acto de penitencia personal, convertido en tradición, se viene realizando en esta preciosa localidad de la comarca de La Vera desde tiempo inmemorial y consiste en realizar un vía crucis descalzo por las calles de Valverde de la Vera.

El proceso de vestir al empalao es complicado y debe ser relizado con mucho cuidado para no dañar ni provocar heridas en el cuerpo.

Lo primero es colocar una saya blanca desde la cintura hasta los tobillos, después se rodea con cuerda el torso y los brazos. Acto seguido se coloca un mástil de madera en posición horizontal sobre los hombros a modo de cruz.

Se completa el atuendo con una corona de espinas en su cabeza dos espadas en forma de aspas en la espalda.

Rodeados de misterio y anonimato los empalaos,  acompañados de sus correspondientes Cirineos que les alumbran y ayudan en caso de que caigan al suelo, recorren en absoluto silencio el itinerario del Vía Crucis a través de las típicas calles de Valverde de la Vera.

Una vez terminado el recorrido el empalao regresa al lugar donde fue vestido para ser socorrido inmediatamente por su familia y vestidores que le daran friegas con alcohol para activarle la circulación.

Es sobrecogedor ver el recorrido del empalao por la voluntad que pone en llevar a cabo su empeño. Así como también impresiona ver un cruce de empalaos, cuando esto ocurre ambos se arrodillan en señal de respeto. Y prosiguen con la estación de penitencia.

Descalzo y en silencio, el “Empalao” hace el Vía Crucis por todo el pueblo. El recorrido empieza y termina en su casa, y cada vez que se cruza con otro “Empalao”, ambos se arrodillan en señal de respeto.

En cada estación del Vía Crucis, el “Empalao” y sus acompañantes también se arrodillan y oran en silencio.

Como dato curioso, te comentaré que cuando los Empalaos de Valverde de la Vera terminan la penitencia, se quitan las sogas y se funden en un emotivo abrazo con los familiares que les han acompañado.

La visita a la Vera no tiene desperdicio

Al margen de esta cita, te invitamos a descubrir los muchos atractivos de la comarca: el Museo de la Inquisición (Garganta la Olla), el Museo de arte Pecharromán (Pasarón de la Vera) y el Museo Etnológico del propio Valverde de la Vera y su castillo, el Palacio de los Condes de Oropesa, actual Parador de Turismo (Jarandilla de la Vera), el Monasterio de Yuste (Cuacos de Yuste), donde el Emperador Carlos V decidió pasar los últimos momentos de su vida y sobretodo el entorno natural semejante al paraíso que todos podríamos imaginar y que en la Vera se hace realidad: arroyos, cascadas, piscinas naturales y senderos llenos de vida que te harán olvidar todo sufrimiento y apreciar el verdadero valor de la creación.